Para mí viajar es un gusto, y hacerlo en tren, un placer. De pequeño dibujaba trenes, ahora dibujo en ellos.
La ventanilla del tren es un incentivo para dibujar, te muestra una faceta distinta de paisaje, una perspectiva nueva donde todo está en movimiento, aparece un arbol que desaparece, veo una casa que ya no está, un horizonte cambiante que hace fluir la línea sobre el papel.
Lo que importa es el movimiento del proceso y no la inmovilidad del resultado.
Dibujar en el tren es enTRENarte en el ejercicio del dibujo rápido, intuitivo e impremeditado.
La ventanilla del tren se convierte en viñeta y el viaje, en historieta.
El ferrocarril de Sóller
Nuestro cuerpo vibra mientras oímos los chirridos de las ruedas sobre los raíles.
Si el tren es una novela, el tranvía es un cuento.
Y no sólo es el viaje, dibujando en el tren descubrimos toda la diversidad del mundo del ferrocarril: ingeniería, arquitectura, tecnología, estaciones y viajeros.
Vídeo para la representación teatral de la Cerillera de Andersen.